La malla deflectora de gases evita que los vehículos que circulan por la vía e servicio próxima se vean afectados por los chorros de aire de los motores de los aviones, ya que la malla se instala inclinada con el fin de que los chorros de aire se eleven.

Esta malla es metálica y tiene una longitud de 60 metros, dividida en tres tramos de 20 metros cada uno, teniendo el tramo central una altura de 9,30 metros y los dos laterales de 6,30 metros.

Asimismo, para evitar ruidos en las zonas próximas habitadas del barrio de Barajas, se ha instalado una barrera anti-ruido al bord de la plataforma contigua a los hangares de Iberia, donde se realizan pruebas de potencia de motores de los aviones. La barrera amortiguadora tiene una longitud de 100 metros y una altura de 20 metros y está construida con módulos de aluminio esmaltado, con el interior de lana mineral como material aislante.

Estos proyectos, junto con una ampliación de 3.250 metros de la plataforma de estacionamiento de aeronaves y otras obras complementarias, han supuesto una inversión de 150 millones de pesetas.

Para el próximo quinquenio Aena tiene previstas inversiones en temas medioambientales por un importe de 21.500 millones de pesetas, siendo su actuación más relevante en el aeropuerto de Madrid-Barajas.