Los ecologistas exponen en su moción que las centrales productoras de electricidad son responsables de fenómenos como la lluvía ácida, el efecto invernadero o la contaminación radiactiva, "que pnen en peligro el bienestar y el futuro de nuestra especie".

Por ello, Aedenat sugiere disminuir la iluminación general y utilizar lámparas de bajo consumo en sustitución de las incandescentes y halógenas.

Una bombilla de bajo consumo de 11 vatios proporciona la misma luminosidad que una incadescente de 60 vatios y dura 8 veces más, por lo que si la bombilla permanece encendida más de 8 horas al día el usuario amortiza su compra en un año.

También proponen sustituir los fluorescentes convenconales por otros más eficaces, como los nuevos tubos trifósforos de 26 milímetros de diámetro, que son un 20 por ciento más eficaces que los de 38 milímetros, reproducen mejor los colores y tienen un 20 por ciento más de vida, según los conservacionistas.

Otra de las peticiones hace referencia a la posibilidad de aumentar la eficacia de los balastos, optando por los electrónicos, que estabilizan la tensión del tubo; lo que provoca un 22 por ciento de ahorro de electricidad, incrementa en un 50 por cieto la vida del tubo y disminuye en un 7 por ciento los gastos de climatización.

Además, destacan la importancia del alumbrado selectivo a través de flexos y lámparas de bajo consumo, así como la instalación de células fotoeléctricas que miden la cantidad de luz que procede del exterior y regulan la del interior y de dispositivos que captan la energía infrarroja que emite el cuerpo humano para que el nivel de luz de una sala disminuya al mínimo cuando queda vacía.

La moción de Aedenat señala que s los ayuntamientos ejecutan estas medidas de ahorro, el consumo energético en iluminación de los edificios municipales puede experimentar una reducción de, al menos, un 50 por ciento.