En el marco de esta campaña, que tiene como objetivo concienciar a los ciudadanos sobre el peligro de los alimentos transgénicos, los ecologistas convocarán numerosas charlas en asociacionesde vecinos, de consumidores, amas de casa, facultades y centros de estudios.

Según Aedenat, las modernas técnicas de manipulación genética permiten introducir genes de un ser vivo en otro con el que jamás se cruzaría naturalmente. Concretamente, multinacionales del sector agroquímico y de producción de semillas están produciendo ya maíz, soja y colza manipulada geneticamente mediante la inserción, por medio de virus, de genes de bacterias.

En opinión de los ecologistas, el problema estriba en queprácticamente no se sabe nada sobre qué puede suceder en el organismo de las personas que finalmente consuman esos productos o sus derivados, pero hay razones para que muchos científicos opinen que puede provocar intoxicaciones agudas o crónicas, reacciones alérgicas y que se provoque que los virus se inmunicen frente a los antibióticos.

Por otra parte, los peligros para el medio ambiente originados por la manipulación genética son desmesurados, y van desde el aumento de la contaminación de suelo y agas por pesticidas a las alteracions imprevisibles de los ecosistemas o la perdida de diversidad biológica.

La normativa en nuestro país no obliga a que se etiqueten como productos manipulados genéticamente aquellos que tienen como ingrediente alguna variedad transgénica o sus derivados (potitos, aceite, galletas, chocolates y conservas, entre otros).

Según Aedenat, las multinacionales agrofarmoquímicas pretenden inundar el mercado de productos manipulados genéticamente, mientras presionan a la Unón Europea y a los gobiernos para retrasar la entrada en vigor de la obligación de etiquetar los productos.