ADOPCIONES. EL DEFENSOR DEL MENOR RECUERDA QUE A ADOPCIÓN ES UN DERECHO DEL MENOR A VIVIR EN UNA FAMILIA ESTABLE
- Señala que el modelo de pareja heterosexual es el que más se ajusta a las necesidades del niño, aunque reconoce la existencia de otros modelos
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El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez-Morgades, recordó hoy que la adopción es un derecho de los menores a vivir en una familia estable y subrayó que, por el momento, el modelo de pareja heterosexual es el que más se ajusta a ls necesidades del niño.
Núñez-Morgades salió así al paso del auto dictado por el Juxgado de Familia de Pamplona por el que se ha concedido la adopción a la compañera sentimental de la madre biológica de dos niñas.
En primer lugar, el Defensor del Menor matizó que esta decisión judicial debe valorarse desde la perspectiva de que Navarra tiene una situación única, al tener vigente su Ley de Parejas de Hecho que permite que se produzca la adopción por parte parejas homosexuales. "De este modo, la juz no ha hecho más que aplicar la legislación vigente, previas las declaraciones de idoneidad de la pareja".
Además, en su opinión, no se puede obviar que no se trata de una adopción completa por parte de una pareja de lesbianas, sino de la ampliación de la patria potestad a una de las partes, ya que la otra es la madre biológica de las niñas.
Sobre la repercusión concreta que esta decisión puede tener para las niñas, reconoce que su situación "no va a variar", ya que la convivencia se produce dese que las menores nacieron y que, sea como sea la naturaleza jurídica de la relación, ésta va a seguir produciéndose.
Al margen de este caso, desde la Oficina del Defensor del Menor se recuerda que la adopción no responde a un derecho de los adultos, sino al derecho de los menores a vivir en una familia estable, y que el modelo de pareja heterosexual es, según lo evidenciado hasta el momento, el que más se ajusta a las necesidades de crecimiento, maduración y desarrollo de los niños.
También recooce que no se puede obviar la existencia de otros modelos de convivencia y los derechos que la misma pueda generar, "en la certeza de que la sociedad se debate en una controversia inconclusa, más ideológica y social que científica".
Todo ello, concluyó Núñez-Morgades, debe hacer comprensible que el Defensor del Menor "no pueda manifestarse de manera contundente ni minimizar la controversia social, ideológica y política que este asunto provoca".
(SERVIMEDIA)
18 Feb 2004
SBA