Suárez dijo estas palabras en el discurso pronunciado tras recibir la Medalla de Honor de la Universidad Carlos III de Madrid, en el campus de Getafe, de manos del rector de esta institución, Gregorio Peces-Barba, y en reconocimiento al impulso que dio a la transición democrática y a la elaboración de la Constitución de 1978.

En su discurso, hizo un alegato en favor de la tolerancia como valor que ha d regir la actividad política y democrática de todos los niveles de la sociedad. Defendió "la nobleza y la dignidad de la tarea política en unos momentos en los que sufrimos una desvalorización de los políticos".

Suárez, que aseguró que ya no regresará a la actividad política pero que siempre se considerará un político, opinó que el desapego que tienen los ciudadanos de nuestra sociedad hacia sus representantes políticos se debe a las "conductas de algunos", pero también a los valores que rigen esta "éoca 'light': individualismo, el éxito fácil, el consumo".

El ex presidente del Gobierno definió la sociedad española actual como "insegura e intolerante". A su juicio, "el desempleo, los 8 millones de personas con menos ingresos del salario mínimo interprofesional, el racismo y la xenofobia" conducen a nuestro país hacia la intolerancia, a través del "monopolio del poder, del saber y del tener".

Ante esto, Suárez propuso cultivar el ejercicio de la tolerancia. A pesar de que, según dijo, España "o tiene fama de tolerante", el ex jefe del Ejecutivo apostó por enterrar las etapas históricas en las que nuestro país se caracterizó por la intransigencia (expulsión de judíos y musulmanes o la guerra civil) para potenciar otras como la transición hacia la democracia, en la que la máxima más importante fue la "comprensión del diferente".

Como logros principales de la transición Suárez destacó la formación del "Estado de las autonomías y del Estado del bienestar". Hizo un llamamiento a los partidos "ncionales y nacionalistas" para que confíen en la Constitución y, a través de ella, lleven a cabo la "armonización de los intereses" de cada uno.

Suárez pronunció su discurso durante un acto solemne en el que se le impuso la máxima distinción de la Universidad Carlos III. Ante más de 500 estudiantes, profesores y otras personalidades que abarrotaban el Aula Magna del campus de Getafe, se celebró una solemne ceremonia en la que, además de Suárez, también pronunció un discurso Gregorio Peces Barba y un cro y banda de la universidad ofreció un breve recital.

Tras el acto, en el vestíbulo del Rectorado Suárez saludó y firmó autógrafos a numerosos estudiantes allí congregados e incluso cantó algunas canciones con una tuna de la universidad.