Ello supondrá un aumento en la petición de la pena que, por parte de esta acusación, sumaba un total de 378 años de cárcel para los procesados.

En el inicio de la jornada de la prueba documental, se leyó, asimismo la primera declaración policial efectuada por el mercenario Figueiredo Fontes, uno de los autores del atentado, que fue detenido el mismo día en la estación de Bayona (Francia), cuando huía.

En ella, Fontes relató que fue un amigo, "Luis", quien le habló de participar en una acción de la policía española con el consentimiento de la francesa "para matar a un asesino español" en Francia.

A través de "Luis", Fontes se citó con los responsables del atentado cerca de la frontera, donde se encontró co dos hombres, un francés y un español que atendía por "Juan", que le dieron las instrucciones.

Ambos le llevaron hasta la línea fronteriza de Irún, donde le facilitaron una documentación falsa a nombre de Manuel Sousa Quintero y le presentaron al conductor y a un segundo tirador, con los que pasó a Francia para perpetrar la acción terrorista.

Figueiredo aseguraba en aquella declaración que no llegó a desenfundar el arma y que perdió a sus acompañantes en la huída, a pesar de que le prometieron qu no le dejarían solo y que le conducirían nuevamente ante "Juan" para que le pagara la cantidad prometida.

A petición de la defensa, Gonzalo Casado, el secretario judicial leyó la declaración prestada ante el juez Garzón del ciudadano argelino, Rayid Mokrani, amigo de Inmaculada Gómez que contactó con Amedo para que arreglara la documetación precisa que legalizara su situación en España.

Mokrani aseguró que el abogado de HB, Txema Montero, le ofreció 20.000 pesetas y el arreglo de su dentadura sise prestaba a definirse como mercenario de los GAL, contratado por Amedo y que se vio sometido a un gran acoso por este motivo.

Dio lectura también de los testimonios de algunos de los testigos que no comparecieron ante el tribunal como los de José Izaguirre, José Ramón Gómez Gracia, Matías Cajigas (conocido, amigo y cuñado del subcomisario, respectivamente) y la de Ana San Vicente, madre de Blanca Balsategui.

Esta confirmó que recibió una llamada de Domínguez para que su hija acudiera a visitarl a la cárcel de Guadalajara, días antes de que declarara ante Garzón, y aseguró que ignoraba si se produjo la llamada de Alberto Seoane, pero que Blanca le pidió que bajara al buzón para recoger un sobre en el que había 50.000 pesetas para los gastos del viaje.

Entre el resto de documentación de la que dio cuenta el secretario a petición de las diferentes partes, había diversos artículos de prensa, facturas de hotel y libros de registro, en los que tanto Blanca como Inmaculada reconocieron haberse aloado con los policías, bajo reservas hechas a nombre de Miguel Angel Romero Robledo y Alferdo González Fraile.

Figuraron también informes de las cárceles de Logroño y Guadalajara explicando por qué no les tomaron huellas dactilares a los procesados, y los de la policía judicial que investigaron la procedencia de los imanes que sujetaban la bomba a los bajos del coche de García Goena.