LA ACTUACION DE JUEZ BARBERO DIVIDE AL TRIBUNAL SUPREMO SOBRE EL PREVISIBLE FINAL DEL "CASO FILESA"
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La actuación del instructor del "caso Filesa", Marino Barbero, ha dividido al Tribunal Supremo a la hora de valorar el previsible final del proceso que, según fuentes de este organismo, puede terminar archivado como el "aso Naseiro" por un defecto de forma, "sin llegar al fondo del asunto".
En líneas generales, la espectacularidad de algunas de las diligencias practicadas, como el registro en la sede del PSOE o el del Banco de España, ha causado malestar en medios judiciales que echan de menos "los principios de equidad y proporcionalidad que han de caracterizar los procesos judiciales" y critican la "crispación social" que se ha producido con este asunto.
"Marino Barbero es un hombre profundamente vanidoso, quesólo busca la espectacularidad", afirmaron a esta agencia fuentes jurídicas que se negaron a ser identificadas y opinaron que su actuación da a entender que "no sabe lo que busca penalmente hablando".
Las mismas fuentes estiman que la mayoría de la documentación podría haber sido requerida sin necesidad de practicar los registros, como en el caso de la entrada en el Banco de España, "que nos va a perjudicar internacionalmente porque ¿dónde se ha visto que un juez entre en la sede de un banco central?"
Para quienes le critican, el juez se ampara en el vacío legal existente en el procedimiento abreviado por el que se rige la causa para excederse en sus funciones e investigar al PSOE, mientras que sus partidarios afirman que "jurídicamente lo puede todo" en su deber de llegar al máximo esclarecimiento de los hechos.
Ni siquiera la sala ha sido capaz de mostrar un criterio unánime a la hora de limitar el campo de investigación del juez. En un reciente auto, Enrique Ruiz Vadillo y Luis Román Puerts dejaban al juez la elección de las pruebas a practicar, mientras que, en un voto particular, José Augusto de Vega, reprendía al magistrado por convertir el proceso en "una investigación general" al PSOE.
"¿Qué nos tiene preparado hoy el instructor del año?", preguntan a los periodistas casi a diario a algunos magistrados, mientras ya hay quien le llama "el Manglano del Tribunal Supremo", en referencia a Luis Mangalno, el instructor del "caso Naseiro".
Este último apelativo se debe a la posibiliad de que la fiscalía del Tribunal Constitucional encuentre indicios de inconstitucionalidad en sus actuaciones e interponga recurso de amparo ante el alto tribunal y se llegue a la anulación de las actuaciones.
Asimismo, la división reinante se ha visto incrementada con las veladas acusaciones del juez a la fiscalía, a través de sus autos y providencias, en los que ha criticado "la falta de objetividad" del ministerio público, al que también ha llamado la atención para que preserve el secreto de las iligencias.
"Es cierto que puede hacerlo, pero también lo es que el que pone el guardián en la puerta debe cuidar de que éste no se duerma", consideraron fuentes fiscales, después de que el magistrado anviara una providencia al ministerio público para que investigara las filtraciones sobre el caso.
El fiscal ha recurrido todas y cada una de las actuaciones del juez en los últimos meses y se ha mostrado partidario de que la causa sea devuelta al juzgado de Barcelona ante la inexistencia de indicio de responsabilidad penal en los aforados, los parlamentarios socialistas Carlos Navarro y Josep María Sala.
"En general jueces y fiscales han perdido los papeles y su parecer se divide conforme a su ideología política", concluye una funcionaria, que trabaja en el Tribunal Supremo y se muestra "alertada como ciudadana" de cuanto está aconteciendo.
(SERVIMEDIA)
23 Nov 1992
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