Los accidentes de tráfico se sitúan en el segundo lugar del "ranking" de siniestralidad en el Cuerpo Nacional de Policía, ya que 102 funcionarios fallecieron por este motivo.

Otros 5 agentes fueron asesinados (no por terroristas), 14 fallecieron mientras manipulaban sus armas y 20 por accidentes sin especificar.

Debido al alto riesgo que tiene la profesión de policía, las compañías de seguros incluyen en sus pólizas un apartado por el que el contratante dee pagar más si quiere suscribir un seguro de vida o de accidentes.

La profesión de policía es una de las más peligrosas -junto a la de periodista, médico y "broker" de bolsa-, no sólo por el riesgo de ser víctimas de siniestros en el trabajo, sino también por estar sometidos a un alto estrés.

La fatiga crónica, la tensión nerviosa, la depresión, el insomnio, los estados de angustia, las alergias, las úlceras de estómago y el abuso del alcohol y del tabaco son los síntomas más significativos del etrés.

SUICIDIOS

Prueba de ello es que 99 agentes murieron por sufrir infartos de miocardio y que otros 30 se suicidaron. Aunque no existen datos oficiales sobre las ciudades en se quitaron la vida los agentes, los sindicatos policiales opinan que muchos de ellos lo hicieron tras haber estado destinados en Euskadi y Navarra.

El denominado "síndrome del norte", que no está reconocido como enfermedad profesional por el Ministerio del Interior, origina, según las mismas fuentes, una situación de furte tensión, al saberse objetivo permanente de los terroristas, lo que a la larga puede provocar el suicidio.

El riesgo que conlleva detener a sospechosos y las largas horas de patrullaje a pie, en coche o en puestos de vigilancia estática, pueden originar también alteraciones en la salud de los agentes.

A juicio de los sindicatos, la falta de medios materiales (desde chalecos antibalas hasta la carencia de vehículos adecuados), provoca que los policías trabajen muchas veces en condiciones antihiiénicas y peligrosas.