El comunicado de UGT añade que pensar que un incremento salarial de dos puntos por encima de la inflación es la razón de todos los males de la economía española es mentira, y descarga toda la responsabilidad de la situación a la política monetaria de enfriamiento económico aplicada por el Ejecutivo desde 1989.

Según la central socialista, hace cuatro años los desequilibrios en el déficit exterior y la inflación aumentaron bruscamente, pero las razones entonces no fueron ls salarios ni los costes laborales unitarios, que mantuvieron un crecimiento similar al de 1988 y por debajo del aumento real de la inflación.

Para los dirigentes del sindicato, las medidas de enfriamiento adoptadas entonces se decididieron sin tener en cuenta las causas reales de los problemas que aquejaban a la economía, y las consecuencias se ven ahora, con "un cuadro general que, unido a los últimos datos de desempleo, pone más en cuestión la continuidad de la política económica".

La central ritíca que los desequilibrios provocados por la persistencia del Gobierno en una política económica equivocada no sirva para reorientarla, sino para reafirmarse en ella, trasladando a los ciudadanos más impuestos, menos prestaciones y más desempleo.

Esa dinámica, indica UGT, "tendrá unos prontos y claros efectos negativos "puesto que frena la actividad económica, incrementa los precios, aumenta la carga fiscal sobre los ciudadanos y pone en peligro la necesaria modernización y sificiencia de los serviios públicos y la Administración".

La ejecutiva ugestista concluye que no se puede pedir más sacrificios a los ciudadanos "para mantener el fracaso de la política económica" y asegura que hará "todo lo posible" para lograr una concertación sobre todos los aspectos que reclamó junto a CCOO en la huelga general del 28-M.