Baizán ha imugnado por vía notarial el traspaso de acciones por fraude legal y vulneración del artículo 12 de los estatutos de la sociedad, que prohibe, según ha afirmado, cualquier movimiento de capital sin comunicación previa a los accionistas.

Esta es la última de las acciones de rechazo de la nueva situación accionarial de Naval Gijón registrada tras las manifestaciones realizadas por los trabajadores en días pasados, que llegaron a provocar el incendio de una oficina gijonesa del Banco Central Hispano, accioista del Grupo Duro Felguera.

La familia Orejas, que controla el resto de las acciones de Nagisa, ha llegado incluso a prohibir la entrada a las instalaciones navieras al nuevo accionista, Victoriano Zayalero, que fue retenido por los trabajadores un día antes como acto de protesta.

Tanto la familia Orejas como los trabajadores indican que su rechazo al nuevo accionista se basa principalmente en el anuncio que éste realizó desde Madrid, en el que preveía una reconversión laboral y la utilización el astillero gijonés para reparar sus propias embarcaciones.

Además, el presidente de Naval Gijón, Galo Baizán, ha presentado notificaciones de diversas entidades bancarias en las que éstas muestran su desconfianza hacia la empresa propiedad de Zayalero, Flebasa.

Junto a ello, Baizán ha denunciado que, en cualquier caso, la operación debería haberse debatido en la 'mesa de viabilidad' del astillero, integrada por representantes del Gobierno regional, el Ayuntamiento de Gijón y el comité de empres.