La nueva sociedad se convierte en la primera constructora española, con una facturación global que en 1998 alcanzó los 358.000 millones de pesetas y una cartera de neocio que el pasado 31 de marzo se elevaba a 630.000 millones.

En su discurso ante la Junta accionarial, Santiago Bergareche, presidente de Ferrovial-Agromán y consejero delegado del Grupo Ferrovial, destacó que la operación es muy positiva para los accionistas de Agromán, ya que "se beneficiarán de una situación de crecimiento rentable en un mercado cada vez más competitivo, en el que el tamaño y la fortaleza financiera son los factores críticos".