Esta ONG hace esta petición con motivo del inicio mañana en la sede de la FAO en Roma de la "Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial: los Desafíos del Cambio Climático y la Bioenergía".

En una nota de prensa, Acción contra el Hambre pide además iniciativas a largo plazo como la reconstitución de las reservas de cereal, la inversión en innovación agrícola y la consolidación de la agricultura como una de las bases del desarrollo.

La ONG destaca que su reivindicación a los más de 40 jefes de Estado y de Gobierno que participarán en esa cumbre es "que los grandes discursos se concreten en medidas políticas a corto, medio y largo plazo para poner fin a la escalada de los precios de los alimentos y su impacto en la población más vulnerable".

A su juicio, la "alerta" en la subida de precios en la alimentación va a centrar esta cumbre "más que el debate técnico en torno a bioenergía y cambio climático".

"Nuestros bolsillos están sintiendo la subida de los precios, pero lo sienten mucho más allí donde las familias tienen que destinar tres cuartas partes de sus ingresos a comprar alimentos", explica Olivier Longué, director general de Acción contra el Hambre.

Longué destaca que "los agricultores que no producen suficiente para alimentarse y no tienen acceso al mercado, la población urbana más pobre y los países importadores de alimentos son hoy los más afectados.

"Una subida del 10% en el precio del arroz afecta cuatro veces más a la población de Bangladesh, país importador, que a Malawi", explica, por su parte, Eric Zapatero, responsable de seguridad alimentaria.

Finalmente, la ONG subraya que en los países en los que trabaja, "los más amenazados por la desnutrición, están sintiendo drásticamente este aumento: en solo un año el coste de los cereales importados se ha incrementado un 29% en Guinea, Níger, Malí, Georgia o Nicaragua".

"Lo que verdaderamente resulta crucial es que los mandatarios reunidos en Roma comprendan que no es posible seguir creyendo en un modelo de desarrollo económico que menosprecia la agricultura y todas sus potencialidades", concluye Longué.