Las inspecciones realizadas en la caja-registro de datos de la locomotora han revelado que no se produjeron alteraciones en la conducción del convoy, por lo que el accidente no puede atribuirse a un error humano, según informó Renfe en un comunicado.

Asimismo, las comprobaciones y mediciones sobre la infraestructura ferroviaria han mostrado ue el estado de la vía no presentaba ninguna alteración que dificultara el desarrollo normal de la circulación de trenes por el tramo en el que tuvo lugar el descarrilamiento.

Por otra parte, un primer control del material rodante aleja la posibilidad de que hayan surgido fallos en el Talgo siniestrado, con recorrido Madrid-Cartagena.

Este material ha pasado las oportunas revisiones periódicas a las que son sometidos todos los vehículos que circulan por la red ferroviaria. Concretamente, el pasad 12 de diciembre se produjo el tratamiento programado del sistema de rodadura y de los "bogies" (ejes a los que se fijan las ruedas) de la locomotora.

Anteayer, viernes, y ayer mismo por la mañana, los coches de viajeros y nuevamente los "bogies" fueron sometidos a una última revisión.

En estos momentos prosigue la investigación judicial, que esclarecerá las causas del siniestro y determinará las responsabilidades que se deriven del accidente.