Las patronales aseguran que, "en proporción al número de autocares en circulación, el número de accidentes es extremadmente escaso".

Un estudio de la Federación Española de Transportes de Viajeros (Asintra) subraya que el vehículo particular ha sufrido, entre 1970 y 1997, entre 15 y 20 veces mayor accidentalidad que el autocar, y entre cuatro y cinco veces más que el tren.

Según este estudio, el bajo número de víctimas en los accidentes de autobuses, en comparación con los demás medios de transporte, se debe a que el autocar de pasajeros "es el que está sometido a unos controles técnicos más exhaustivos, tanto e la clase y el número de 'tests' exigidos como en su frecuencia, ya que debe pasar anualmente una ITV (Inspección Técnica de Vehículos) durante los primeros cinco años de vida y, a partir de esa fecha, de forma semestral".

En cuanto a las responsabilidades de los conductores de los autocares, el informe de Asintra destaca que en tres de cada cuatro accidentes en los que está implicado un autocar y otro vehículo, el principal causante del siniestro es el otro automóvil.