Durante el juicio, celebradola pasada semana, el fiscal pidió para los cinco procesados un total de 41 años de prisión, así como multas que en total sumaban 250 millones de pesetas.

Los hechos que dieron lugar a este proceso ocurrieron a finales de enero del pasado año, cuando la policía intervino el teléfono del bar "Búho Rojo", tras constatar que en el establecimiento se trapicheaba con droga.

El "pinchazo" del teléfono permitió a los agentes escuchar una conversación entre la dueña del bar, Amelia Manzano Cortés, y el emresario asturiano Román Vigil Fernández, presuntamente para la compra de hachís.

Pocos días después, Amelia Manzano se desplazó a Asturias junto con su marido, Manuel Vilar, una empleada de ambos, María Lamela Folgueira, y con el portugués Manuel A.Teixeira, al parecer para recoger la droga.

Cuando regresaron a Lugo, la policía registró sus domicilios y el bar e intervino los 2,7 kilos de droga, repartidos entre el establecimiento y tres pisos del mismo inmueble.

A pesar de estas pruebas, lasentencia de la Audiencia Provincial de Lugo, difundida hoy, es absolutoria, al quedar invalidada la prueba de la llamada intervenida por defecto en la transcripción, ya que fue realizada sin contar con la presencia del juez. Además, la prueba material de la droga hallada en los registros también fue anulada al estar fundamentada en la anterior.