La sentencia considera que el accidente sucedió "de forma fortuita e imposible de prever". El magistrado estima que los técnicos actuaron de conformidad con la normativa vigente y que incluso cumplieron con creces su cometido, pus las revisiones que realizaron excedieron en número las obligatorias por ley.

El juez afirma que los técnicos comprobaron el sistema de frenado de emergencia y que el defecto que provocó la caída del ascensor "no era apreciable".

Joaquim Ramentol, jefe de mantenimiento del hospital, declaró que con el juicio y la sentencia "he conseguido desprenderme finalmente de una mochila cargada con más de 200 kilos de piedra".