Según informaron a Sevimedia fuentes médicas de ese centro sanitario, los niños estuvieron relamente confundidos por las enfermeras veinticuatro horas, "pero ante los padres, la confusión no superó los diez minutos, no varios días como se ha dicho".

"Todos los indicis señalan que el problema radica en que con la pulserita que se pone al recién nacido en la muñeca no existen garantías plenas de identificación", agregaron.

"Eso no pasaba antes, al ser obligatoria la toma de huellas plantar y del dedo pulgar de la mano derecha, pero lamentablemente esta norma fue suprimida hace 15 años", precisó a esta agencia el Doctor Angel Sopeña, ginecólogo de la clínica Nuevo Parque.

Los dos bebés confundidos nacieron prematuros en diferentes días. María del Prado Sánchez arduchy dio a luz a Victor el pasado 23 de enero a las siete de la tarde y, de inmediato, la comadrona en quirófano le colocó un pulsera de identidad y pasó a la incubadora.

Después de unos días, trasladaaron al niño al nido donde sus padres siguieron su evolución.

El otro bebé, del que por expreso deseo de sus padres se mantiene una absoluta discreción, nació días despúes, no se le colocó la pulserita en quirófano y le pusieron urgentemente en la incubadora.

La pérdida de la pulserita del pimero y el cambio de cuna efectuado por un enfermera causó la confusión de los niños durante un día, hasta que los señores de Rodríguez, padres de Víctor, deshicieron el intercambio al mostrarles como suyo a un bebé diferente al que visitaron los días anteriores.

La madre, María del Pardo Sánchez, que hubo de ser asistida de una lipotimia, había ingresado de urgencias en la citada clínica el pasado 23 de enero. Su ginecólogo del cuadro médico de la Sociedad Sanitas no pudo asistirla en el parto y hubode hacerlo el médico de guardia de la clínica.

Las fuentes informantes han precisado que, seguramente, la tensión psicológica de la madre provocó un parto muy doloroso, incrementado posteriormente por la confusión de los bebés.