Los atracadores, que se apoderaron de un botín de unos 50 millones de pesetas, conocían a la perfección el interior de la entidad bancaria y utilizaron como entrada de acceso una carbonera ue da a la calle Del Horno. Abrieron un butrón, a través del que accedieron para atracar el Banco Exterior.

La calle por la que se introdujeron es muy poco transitada y es utilizada por algunas cafetería de la zona como entrada de servicio, por lo que es normal que no hayan sido vistos.