Un acusado de Segi dice que una borrachera le indujo a hacer esquemas de bombas
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El presunto miembro de Segi Oier Urrutía aseguró este miércoles en la Audiencia Nacional que los esquemas para confeccionar artefactos explosivos hallados en su casa los realizó “sin ninguna intención delictiva”, simplemente para “hacer el tonto” una noche en la que “estaba borracho”.
Esta fue una de las explicaciones que Urrutía ofreció en el juicio que la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebró este miércoles contra él y contra su amigo David Hernández. El fiscal encargado del caso, Daniel Campos, solicitó 17 años de prisión para cada uno de los acusados al atribuirles delitos de integración en organización terrorista y de depósito de armas y explosivos.
Según el fiscal Campos, Urrutía utilizaba su casa, así como el bar Galtazagorri de Vitoria, del que era regente, para almacenar explosivos y todo tipo de material para realizar acciones de “kale borroka” bajo las instrucciones de Segi, la organización ilegal considerada la cantera de ETA.
En el curso de una inspección realizada en el bar por la Policía Nacional el 1 de abril de 2009, se encontraron en el interior del local numerosos petardos de gran potencia, una garrafa de combustible, una pistola de perdigones, un puño americano y una multitud de fotografías de presos etarras y material de simbología de la banda terrorista. En el bar también se halló un cartel con fotografía del rey Juan Carlos y del juez Baltasar Garzón así como de policías, ertzainas y guardias civiles.
En el domicilio de Urrutía se encontró, además de abundante cartelería de Segi y ETA, botes de pólvora y de queroseno y una libreta con el anagrama de la banda terrorista que contenía indicaciones para preparar artefactos explosivos.
Ante las preguntas del fiscal, Urrutía reconoció ser el autor de los esquemas para preparar explosivos pero aseguró que los confeccionó “sin ningún motivo delictivo, para hacer el tonto” una noche que estaba borracho. Sobre los datos y proporciones de combustibles que recogían los esquemas, el acusado aseguró haberlos anotado al azar, sin ningún rigor ni conocimiento.
QUEROSENO PARA LA CALEFACCIÓN
Este extremo fue puesto en duda por los peritos de la Policía Nacional que comparecieron ante el tribunal y que señalaron que las proporciones recogidas en los esquemas eran “adecuadas” y “precisas”, algo “complicado de conseguir al azar”.
Urrutía fue explicando uno por uno todos los elementos sospechosos que se encontraron tanto en su bar como en su local. De esta forma, aseguró que los petardos que se hallaron los iba a utilizar en unas fiestas populares, que la pólvora provenía de uno ellos que había abierto “por curiosidad” y que la garrafa de queroseno era en realidad combustible para la calefacción.
El acusado también dijo que las fotografías de presos de etarras y los carteles de la banda terroristas que se encontraron en el bar se encontraban allí cuando se hizo cargo del establecimiento.
Urrutía si que reconoció ser el propietario de la talla de madera con el anagrama de ETA y explicó que lo realizó él mismo cuando tenía 15 años. Por último, dijo que se compró una camiseta de Segi porque “me pareció muy bonita”.
Ambos acusados negaron en todo momento pertenecer a ETA así como haber participado en actos de violencia callejera. También tildaron de falso que el bar Galtazagorri fuese utilizado por Segi para celebrar reuniones o para preparar actos de “kale borroka”.
Hernández explicó que tan sólo llevaba tres meses trabajando en el bar cuando la Policía Nacional realizó la inspección y se desvinculó de todo el material encontrado en el interior del establecimiento.
(SERVIMEDIA)
22 Sep 2010
DCD/lmb