En opinión del portavoz popular en materia de Interior, “no es de recibo que cuando llevamos más de un año ya aplicando con éxito la fórmula de tolerancia cero con quienes no respetan las reglas de juego democráticas, se de un paso atrás en esta política”.

Además, calificó la no prohibición del acto como “un error que será interpretado por ese mundo como un síntoma de debilidad”.

Urquijo insistió en que para autorizar este acto no es suficiente decir “que no interferirá en el desarrollo de la fiestas”, sino que es necesario tener en cuenta quién lo convoca, que, dijo, “es el mundo de la izquierda radical, de Batasuna, de una formación ilegalizada que no puede convocar ningún acto político”. “Está claro que ETA no sólo son sus comandos”, finalizó.

En este sentido, subrayó que es “imprescindible” trabajar siempre contra la “impunidad, y en fiestas con mayor motivo”.

Asimismo, criticó que el mundo radical utiliza las fiestas para lograr un protagonismo que sólo pueden conseguir intentando reventar el ambiente festivo de la ciudad”. Por eso, confió en que la Ertzaintza “sea suficientemente diligente para terminar con esta burla de la ley en cuanto se escuche el primer grito de apoyo a ETA o aparezca el primer cartel o pancarta de apoyo a los terroristas”.

Urquijo reiteró que son las instituciones públicas, y en este caso el Gobierno vasco, quien debe impedir que el espacio público sea ocupado "por aquellos que tratan no sólo de fastidiar las fiestas, sino que además utilizan estos actos para hacer apología del terrorismo”.