La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama, según sus siglas en inglés) atribuyó este aumento de víctimas civiles a que los talibanes y los insurgentes antigubernamentales utilizan más y mayores artefactos explosivos, ataques suicidas y ejecuciones.

Así, los ataques de los talibanes y otras fuerzas antigubernamentales representaron más del 76% de víctimas civiles y el 72% de las muertes en el primer semestre de 2010.

El director de Amnistía Internacional en Asia y Oceanía, Sam Zarifi, señaló que "los talibanes y otros insurgentes están haciendo más audaz su matanza sistemática de civiles. Los ataques a civiles son crímenes de guerra, así de simple".

"El pueblo afgano está clamando por la justicia y tiene derecho a la responsabilidad y la indemnización. No hay un sistema de justicia práctica en Afganistán, así que el gobierno afgano debe pedir a la Corte Penal Internacional que investigue los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad que pueden haber sido cometidos por todas las partes en el conflicto", añadió.

Por otro lado, Amnistía instó a las fuerzas internacionales y afganas, que causaron un 29% menos de víctimas que en los seis primeros meses de 2009, a que cumplan con su obligación legal de proteger a los civiles.

Esta organización acogió con satisfacción este descenso de las muertes ocasionadas por las fuerzas dirigidas por la OTAN, pero envió un mensaje de cautela porque fueron responsables de al menos 223 muertes.