Así, según apuntaron fuentes de la investigación, es probable que se tome declaración a familiares, amigos y a compañeros de trabajo de Javier C.G., hasta ahora único detenido como sospechoso de la muerte de la joven.

Aunque el caso sigue bajo secreto sumarial, trascendió que ayer mismo estaba previsto inspeccionar su domicilio, aunque no se descarta practicar más registros. Además, la policía científica está a la espera de los resultados de la autopsia, que se conocerán a lo largo de la jornada de hoy.

Aunque en un principio varias informaciones apuntaban como probable que el detenido pasase a disposición del juzgado de instrucción número 3 de Ourense esta misma mañana, fuentes del equipo investigador indicaron que, casi con toda seguridad, el traslado se retrasará hasta el martes.

Así, durante la jornada de hoy, Javier C.G. volverá a ser interrogado con el fin de determinar su posible vinculación con la trágica muerte de la joven vecina de A Xestosa.

Paralelamente los equipos de la Guardia Civil de Ourense se encargan de procesar las posibles huellas e indicios que puedan encontrarse en el vehículo del detenido, un Audi A3 de color negro que fue trasladado a dependencias de la Comandancia de Santa Mariña, en Ourense, tras su detención, practicada ayer a mediodía.

Desde que el lunes trascendió la desaparición de Laura Alonso, las sospechas sobre su posible vinculación con los hechos fueron constantes, dado que ambos habían mantenido una relación tormentosa. De hecho, la joven le había denunciado por malos tratos en enero de 2008, aunque posteriormente la había retirado por la insistencia de su entorno.

Tras la desaparición de la joven en la madrugada del lunes, el martes fue localizado en su domicilio uno de los móviles de Laura, en el que había recibido varios mensajes de Javier C. con amenazas. Además, en la noche de los hechos, varios testigos afirmaron haberlos visto juntos después de que la joven se despidiese de su actual pareja, un joven de Allariz de 20 años, y de sus amigos en un bar de A Valenzá (Barbadás) diciéndoles que regresaba a casa.