Así lo indicó en un encuentro con los medios, previo a su intervención en una jornada celebrada en la universidad santanderina, en el que reconoció que el Gobierno “ha perdido base de apoyo”, pero insistió en que “la “gran fortaleza que tiene es su decisión de llevar a cabo un programa claro de reformas”. Respecto a si el Ejecutivo podrá o no desarrollar estas reformas hasta el final de la legislatura, González explicó que “hay poca perspectiva de que exista una mayoría social amplia pidiendo un anticipo electoral”.

En la misma línea, no ve “razón suficiente” en solicitar este adelanto para “ponerme yo y quitar al otro”, como insinuó que hace el presidente del PP, Mariano Rajoy, sobre cuya ausencia en la segunda sesión del Debate sobre el Estado de la Nación señaló que “lo ha hecho otras veces” e ironizó que es una manera “plural y diversa” de ver España como nación. “Donde acaba mi propuesta, acaba lo que tiene interés. Lo demás es residual”.

González también se pronunció sobre la reforma laboral, en la que apostó por hacer “una cuantas cosas sustanciales” y por introducir un contrato de carácter indefinido, “sin demasiada literatura, que sea único y claro”. Sin embargo, añadió que “penalizar la temporalidad" no le parece "razonable, pero sí el fraude de ley que se comete al amparo de ésta”. Recordó, en este sentido que la estructura productiva española está muy ligada a la temporalidad y puso como ejemplo el caso del sector turístico, que “o es temporal o no es nada”.

Sobre la necesidad de retrasar la edad de jubilación, el ex presidente del Gobierno comentó que hay que responder a las nuevas realidades. “La buena noticia es que vivimos mucho más y la delicada es que hay que hacer sostenible la vida que se prolonga con un sistema de cohesión social serio”, concretó González, para quien “todo lo demás es pura demagogia”.

ESTATUTO CATALÁN

González no ve "excesos" en la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, que le parece “más política que jurídica”. Lo argumentó constatando que la “parte de la sentencia que tiene eficacia jurídica tiene un mínimo impacto desde el punto de vista estatutario”, y en cambio la que no la tiene “se la podían haber ahorrado”, por sus “afirmaciones políticas ofensivas para sensibilidades diferentes”.

El ex presidente se dirigió a los “amigos catalanistas de todo el orden de matices” para decirles que el problema territorial “no es una cuestión histórica irresuelta”, pues, aunque la evolución haya presentado “dientes de sierra”, el “autogobierno y la descentralización no ha hecho más que crecer cuantitativa y cualitativamente”. Sí le preocupa que la “tensión PSC-PSOE” suponga una “regresión” respecto a la “capacidad integradora” de estas formaciones, opuesta a la derecha, que a su juicio es "excluyente de la diversidad”.

González descalificó las críticas a la Transición como un “regeneracionismo descontextualizado”, ya que “ni hay la distancia suficiente" ni "es posible que se estudie con parámetros de hoy”. No obstante, tampoco es partidario de exaltarla como una obra fantásticamente definida.

Por último, el ex presidente tachó de "catetada" decir que la UE nos impone medidas económicas. “Hace un rato que somos Europa”, justificó, añadiendo que la decisión del Consejo Europeo fue “para todo el mundo” y, por ejemplo, Alemania hasta se ha impuesto “una política de recorte de gasto que no necesita y que va a perjudicar al conjunto de Europa”.