En el Debate sobre el Estado de la Nación, Llamazares señaló que el Debate sobre el Estado de la Nación “es algo más que un combate de esgrima”, detrás del cual hay una crisis social que ha desembocado en la convocatoria de una huelga general “porque la reforma laboral es regresiva para los derechos de los trabajadores”.

Para Llamazares, Zapatero ha asumido “el programa de la derecha y mantiene la geometría variable”.

“Estamos ante un cambio de ciclo, no sólo un cambio de enfoque”, dijo Llamazares, quien reprochó a Zapatero la devaluación del sistema fiscal, por el que el se dejaron de ingresar 30.000 millones de euros que hoy habrían venido “de perlas” para no efectuar los recortes que ha hecho el Gobierno.

Además, criticó que haya asumido el “viejo esquema de la derecha” que consiste en “socializar las pérdidas y privatizar beneficios”. Para Llamazares, inaceptables son la reforma laboral, la propuesta de pensiones y la ley de cajas, a la que tildó además de “escándalo”.

Reprochó que el Gobierno venda la despolitización de las cajas de ahorros “como si ser político fuera un pecado”, y que digan que van a incrementar el capital de estas entidades, cuando en realidad “lo que van a hacer es transferir 15.000 millones de euros de capital público a capital privado”.

Especialmente airado se mostró Llamazares al hablar de la Reforma de la Ley Electoral, por considerar que Zapatero le ha hecho “fraude personal” y permite que se sigan robando los votos de una parte de la ciudadanía a favor de las mayorías parlamentarias.

ESTATUTO

También lamentó que se haya trasladado el modelo bipartidista a las instituciones del Estado, que no hace otra cosa que bloquearlas e impedir acuerdos, como ha ocurrido con el Estatut de Cataluña.

A este texto autonómico y a la sentencia del Tribunal Constitucional se refirió el portavoz de ICV, Joan Herrera, quien acusó hoy al PP de fomentar la “catalanofobia” y aseguró que el TC se ha convertido en la “tercera cámara”.

Asimismo, señaló que la sentencia no respeta el 95% del Estatut, “altera lo que Cataluña quiere y siente” y ha “bajado tanto el techo de la Constitución que los catalanes no pueden caminar de pie”.

Por eso, dijo, hay que modificar la Constitución y dar un paso para que en ella quepa Cataluña. De lo contrario, los grupos parlamentarios catalanes no deberían apoyar ni los presupuestos ni las leyes del Gobierno.