Durante el Debate sobre el Estado de la Nación, Duran centró buena parte de su intervención inicial en exponer su visión de esa sentencia como “causa separadora” de Cataluña con España.

En su respuesta, el presidente aseguró que entiende la “inquietud” generada en Cataluña durante los casi cuatro años que el Constitucional ha tardado en resolver el recurso, y reconoció la existencia de un “problema de fondo” que el constituyente pudo no evaluar en su momento sobre el sometimiento a juicio de constitucionalidad de una ley ratificada en referendum.

Sin embargo, el presidente discrepó abiertamente de las críticas de Duran a la reacción del PSOE y del propio Rodríguez Zapatero. “Me afectan, porque no las considero justas, y lo siento así”.

Argumentó que desde el comienzo de la reforma se sintió “comprometido” con ella y recibió críticas muy duras en momentos difíciles por respaldar las aspiraciones de mayor autogobierno para Cataluña, con una intensa negociación que culminó, recordó, con un pacto entre él mismo y el líder de CiU, Artur Mas.

El presidente recordó algunas de las argumentaciones que en aquel momento defendía CiU, y pidió a esta formación que no haga de la “sensibilidad política” una cuestión de fondo.

Subrayó, además, que la sentecia es “garantía” del autogobierno de Cataluña porque muchas ideas cuestionadas e impugnadas han sido consagradas por el Constitucional y se evita con ello la tentación que “una mayoría distinta en esta Cámara” pudiera tener de minar los contenidos del Estatuto a través de la iniciativa legislativa.

Rodríguez Zapatero dijo además a Duran que espera contar con su concurso en la reforma laboral con enmiendas que mejoren el texto porque será crucial para que España no pierda tanto empleo en futuras crisis, y expresó su confianza en poder seguir dialogando con esa formación más allá de lo que suceda “en otoño”, en referencia a las elecciones catalanas.