Según informó REE, su calificación se mantiene en A2 en el caso de Moody's y en AA- en el caso de Standard & Poor's. Por su parte, ambas agencias han decidido cambiar a negativa la perspectiva de la compañía a raíz de los cambios en el sector eléctrico que han anunciado los dos principales partidos políticos españoles.

En su informe, Moody's destaca el "excelente" historial de la compañía a la hora de integrar el resto de activos que ha adquirido con anterioridad, así como su posición estratégica dentro del sistema eléctrico español y la buena liquidez de la que goza.

Por su parte, Standard & Poor's, que mantiene los niveles AA- en el largo plazo y A-1+ en el corto plazo, subraya también la posición que desempeña la compañía en el sistema eléctrico español, su alta rentabilidad y la predictibilidad de sus flujos de caja.