Así lo afirmó, en rueda de prensa, tras participar en la jornada conmemorativa del 30 aniversario del CSN, organizada en el Senado y en la que también participaron, entre otros, el presidente de la Cámara Alta, Javier Rojo; el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, y el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia.

Martínez Ten insistió en que “sería bueno un acuerdo sobre el diseño del marco energético para los próximos años”, teniendo en cuenta los efectos de este tipo de decisiones en la competitividad y el desarrollo de la economía. No obstante, dejó claro que el CSN no es responsable de la definición de la política energética y que, por lo tanto, esta es una opinión a título personal.

Preguntada sobre el futuro de la central nuclear Garoña (Burgos), la presidenta del regulador precisó que, en el caso de que se cambiara la decisión de cerrar este reactor en 2013, el CSN tendría que “reanalizar” las instrucciones técnicas de funcionamiento relativas a esta instalación, ya que las actuales plantean un horizonte de tan solo cuatro años (la prórroga que el Gobierno decidió hace un año).

Por otro lado, durante su discurso inaugural de la jornada Carmen Martínez Ten incidió en la importancia de la energía nuclear en España, cuarto productor de la UE y octavo de la OCDE. “Estamos entre los países de pelotón de cabeza en utilización de esta energía”, que cubre el 19% del total de electricidad. De hecho, destacó que en España hay cerca de 31.800 instalaciones radiactivas en las que trabajan más de 100.000 personas.

Martínez Ten apuntó a la seguridad como la prioridad de la labor del CSN y destacó la importancia de fomentar la cooperación internacional.

En alusión al Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares, la presidenta del CSN indicó que este organismo regulador ya analizó en su momento el diseño elegido para España. Posteriormente, una vez que el Ejecutivo decida el emplazamiento que tendrá esta instalación, analizará las condiciones de seguridad y licenciamiento en este emplazamiento concreto. Se tratará de un “reanálisis aplicando el diseño a las condiciones sísmicas, geológicas, etcétera del emplazamiento en cuestión”.

De este modo, la decisión corresponde al Gobierno, que tendrá que valorar diferentes elementos, como la familiaridad de la población con las instalaciones nucleares y la aceptación social.