Javier García, joven sordociego: "Con los apoyos de la ONCE logré seguir adelante"

MADRID
SERVIMEDIA

Vive en una residencia, acaba de terminar 1º de Bachillerato y le encanta leer y "navegar" por la Red. Javier García Pajares tiene 19 años y lleva "una vida normal", aunque reconoce que, a veces, su día a día es "una cosa desconocida" para el resto de la gente: es una de las 6.000 personas sordociegas que hay en España.

Así lo ha comentado este joven en un chat en "elmundo.es", en el que habló de sus aficiones, de su "éxito con las chicas", de los apoyos con que cuenta y de la superación de barreras.

En este sentido, Javier agradeció la ayuda de la ONCE. "Me ha ayudado a insertarme en la sociedad. Primero estuve en un internado, y allí me ayudaron a adaptarme. Luego, gracias a los apoyos, conseguí ingresar en un instituto público. Además, aportan servicio psicológico y organizan actividades", señaló García.

Según relató, tendría unos 14 años cuando empezó a notar "que cada vez escuchaba menos", situación que, "poco a poco, fue a peor".

"Empecé a notar que mi audición empeoraba, y luego se le unió el problema de la vista, que fue empeorando. Me sentía mal entonces y me fui deprimiendo cada vez más, hasta llegar al punto de aislarme. Pero luego, gracias a un amigo y a los apoyos de la ONCE, logré seguir adelante. Actualmente me siento más tranquilo, acepto lo que tengo", explicó este joven que, además, aseguró que "el problema se ha quedado parado y ya no va a peor".

Su intención es estudiar Derecho y, según ha comentado en el chat, le gusta hacer deporte, leer libros (actualmente está con "El Quijote") y salir con sus amigos. "Mi discapacidad no me impide poder pasármelo bien con los demás", afirmó.

En respuesta a otras preguntas, restó importancia a las posibles "barreras" sociales con que pueda encontrarse: "Lo que le pasa a la gente es que le da miedo acercarse, porque es una cosa desconocida para ellos y tardan en soltarse, pero cuando lo hacen, suelen aceptarnos muy bien", dijo.

Javier explicó que habla "en dactilológico", un sistema "sencillo" que le permite comunicarse "con cualquier persona", y que lee en braille, aunque "normalmente" lo hace a través del ordenador, con una línea braille que le sirve como monitor y que interpreta todo lo que aparece en pantalla con una serie de puntos en relieve.

Este verano tiene la intención de seguir leyendo y de visitar piscinas y discotecas, y "tiene planeado un par de viajes". "Quiero distraerme de lo mucho que he estado estudiando", concluyó este joven.

(SERVIMEDIA)
24 Jun 2010
LLM/caa