Según la UO, el Gobierno, al plantearse si prohíbe o no el burka en lugares públicos, "no debería olvidar que no sólo se trata de una cuestión de igualdad entre hombres y mujeres, sino de una cuestión de seguridad pública en la que cualquier ciudadano podría verse afectado".

En opinión de esta asociación de guardias civiles, "la utilización la prenda que cubre el rostro de las mujeres, no es sólo una práctica asunto que afecte a la libertad de culto o que atente a la dignidad e igualdad entre hombre y mujer, sino que tiene una afección clara y directa sobre la seguridad pública cuyo principal objetivo es el de garantizar el más fundamental de los derechos, el derecho a la vida y la integridad física".

A juicio de la UO, "cualquier persona puede ocultarse bajo un burka, hombre, mujer, musulmán o no, en definitiva cualquier delincuente o terrorista".

Estos guardias civiles añadieron que resulta "curioso" que se permita el burka al tiempo que se hacen pruebas para instalar en aeropuertos españoles sistemas que reconocen las huellas dactilares y los rasgos faciales.

Según la UO, es un contrasentido que se apliquen estas tecnologías cuando hay personas que "en los espacios públicos puedan circular ocultando su rostro bajo una prenda que pueda burlar los sistemas de identificación".