Eso significa, según informa hoy la edición "on line" de "The New York Times", que 3.960 norteamericanos presentaron su expediente de bancarrota cada día en febrero, teniendo en cuenta que el calendario comercialmente hábil es de veinte días al mes.

Esa cifra diaria de bancarrotas personales supera en un 18% la contabilizada en enero pasado y en un 28% la registrada en febrero del 2007. La bancarrota personal está pensada fundamentalmente para aliviar la situación financiera de personas afectadas por pérdida de empleo, exceso de deuda, gastos médicos imprevistos y divorcio.

Los últimos datos disponibles, añade el rotativo neoyorquino, muestran ahora que los problemas financieros se están extendiendo desde estados como California y Florida, ejemplos señeros del boom inmobiliario, hacia otros como Maryland, Virginia o Delaware, que parecían menos afectados por la actual resaca del hundimiento del sector de la vivienda.

Jack Williams, un especialista del American Bankruptcy Institute, estima que la cifra de bancarrotas personales podría llegar a entre 1,2 y 1,4 millones en 2008, significativamente más que las 826.732 de 2007.