Entre las principales metas que la empresa se ha fijado, se incluye reducir los residuos peligrosos que genera, así como sus emisiones de CO2, su consumo de agua y energía en un 25% en los dos próximos años, e incrementar un 25% el porcentaje de residuos que recicla.

Boeing puso en marcha en 2007 una estrategia en todas sus instalaciones para mejorar su comportamiento medioambiental y estableció sus primeros objetivos en esta materia en 2009.

Entre 2007 y 2009 la empresa logró reducir su uso de energía un 2,4% y los residuos peligrosos generados un 9,5%.

Por ello, Boeing se propone ahora mejorar la eficiencia en consumo de combustible y emisiones de CO2 de los nuevos modelos de aviones, y un ejemplo de ello es la próxima generación del 737, que tendrá una eficiencia mejorada un 2%, mientras que las mejoras introducidas en el modelo 767 permitirán incrementar un 5,5% la eficiencia en el consumo de combustible.

Asimismo el fabricante está probando nuevos biocombustibles en colaboración con compañías aéreas, y es socio fundador del Grupo de Usuarios de Combustibles de Aviación Sostenibles, cuyo objetivo es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación comercial.

El sector aéreo está probando actualmente la segunda generación de dichos biocombustibles, que a diferencia de la primera generación se obtienen a partir de materias vegetales no comestibles, como las algas, la camelina y la jatropa.

Dichos combustibles son un 80% más limpios que los derivados del petróleo, ha subrayado Darrin Morgan, director de estrategia de biocombustibles de Boeing.