El pasado mes de julio, la escasez de fondos obligó al PMA a reducir a la mitad sus raciones para las decenas de miles de personas afectadas por la guerra, muchas de las cuales dependen totalmente de la asistencia alimentaria.

Además, el PMA asegura que se enfrenta a un déficit de 20 millones de dólares (unos 14 millones de euros) y sólo puede cubrir un 36% de las necesidades totales para este año en Yemen.

El pasado mes de junio tuvo que suspender programas de asistencia alimentaria vinculados a la salud y la educación, que beneficiaban a unos 815.000 yemeníes en situación de vulnerabilidad.

El director del PMA en Yemen, Gian Carlo Cirri, afirmó que tienen pocos fondos para las operaciones, "sobre todo ahora que la situación se está deteriorando y las necesidades van en aumento".

Entre las personas afectadas hay familias que perdieron sus hogares y medios de subsistencia durante el año pasado tras las inundaciones ocurridas en el este de Yemen y los que han caído en la pobreza, el hambre y la desnutrición por los altos precios de los alimentos.

A pesar de esta situación, el PMA ha comenzado a distribuir raciones de comida de emergencia a miles de personas desplazadas por el reciente recrudecimiento de los combates en el noroeste de Yemen.

Cinco años de conflicto en la provincia de Saada han obligado a decenas de miles de yemeníes a huir de sus hogares y otros miles más se han desplazado por la reanudación de los combates en las últimas semanas.

La semana pasada, el PMA proporcionó galletas de alta energía a unas 7.000 personas en la gobernación de Hajjah y este fin de semana ha iniciado la distribución de raciones de cereales, legumbres, aceite vegetal, sal y azúcar a otros 10.000 desplazados.