La fisioterapia contribuye a mejorar las condiciones de vida de las personas con ELA
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El Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE), con motivo de la celebración mañana del Día Mundial de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), recuerda que la fisioterapia contribuye a mejorar las condiciones de vida de las personas con esta enfermedad neurodegenerativa.
La ELA es una enfermedad de las células nerviosas motoras del cerebro y de la médula espinal que ocasiona la pérdida progresiva del control motor. La incidencia es uno o dos casos por cada 100.000 habitantes, afectando más a hombres que en mujeres.
“Los síntomas de esta enfermedad son debilidad, atrofia muscular, calambres musculares, espasticidad (espasmos), pérdida de fuerza y destreza, disfagia (dificultad o imposibilidad de tragar), disnea (dificultad de respirar) o dificultad para las actividades de la vida diaria”, señaló María Almansa, miembro del Comité Ejecutivo del CGCFE.
El tratamiento farmacológico de esta enfermedad prolonga la supervivencia de los pacientes, pero no evita la progresión de la misma, por lo que la calidad de vida de los pacientes depende mayoritariamente de la atención que reciban.
Por ello, es imprescindible el trabajo de un equipo multidisciplinar compusto por neurólogo, rehabilitador, fisioterapeuta, logopeda, terapeuta ocupacional, enfermero, dietista, neumólogo, gastroenterólogo, psicólogo y asistente social.
La fisioterapia es una parcela muy importante en el tratamiento de la ELA. “El fisioterapeuta, una vez realizada la evaluación fisioterapéutica del paciente, propondrá una serie de objetivos generales que irá modificando según la evolución de la enfermedad y las necesidades de cada persona y establecerá el tratamiento con objeto de mantener al paciente en las mejores condiciones físicas posibles en cada fase de la enfermedad”, ha añadido Almansa.
El tratamiento de fisioterapia irá encaminado a reeducar y mantener el control voluntario, prevenir deformidades, mejorar la coordinación y equilibrio y estimular la marcha, mantener la amplitud articular, normalizar el tono muscular y potenciar las actividades de la vida diaria. Además, el tratamiento fisioterápico para la ELA exige un enfoque individualizado, debiendo ser revisado y adaptado periódicamente en cada fase de la enfermedad.
“Es imprescindible que el fisioterapeuta, junto con el resto del equipo multidisciplinar que trate a la persona con ELA, establezca programas de educación sanitaria para el paciente y sus familiares, ya que el conocimiento de la enfermedad y sus síntomas facilitan el manejo de una enfermedad tan compleja”, explicó el presidente del CGCFE, Pedro Borrego.
(SERVIMEDIA)
20 Jun 2010
ROR/pai