Montserrat, que ha viajado en avión en multitud de ocasiones por motivos personales o para asistir a competiciones de natación adaptada, denunció públicamente que Spanair le instó a comprarse otro billete además del que ya tenía para volar hoy de Las Palmas a Madrid, con un sobrecoste de 587 euros, cuando ya había pagado uno de 204 euros.

En el viaje de ida, el pasado 11 de agosto, una sobrecargo de la compañía aérea le comentó que para regresar desde Las Palmas debía comprar otro billete por tener las piernas rígidas y necesitar otro asiento.

Sin embargo, su hermana, Ana Montserrat, que le ha acompañado en su estancia en Las Palmas, aseguró esta tarde a Servimedia que "Spanair ha rectificado porque nos han mandado a la sala VIP y no hemos tenido ningún problema en facturar la maleta y pasar la puerta de embarque".

Ana Montserrat afirmó que, tras pasar la zona de embarque, recibió una llamada de un miembro de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (Famma-Cocemfe Madrid) que le informó que "Spanair rectificaba su postura y no íbamos a tener ningún problema".

Ambas llegaron al aeropuerto de Las Palmas algo más de dos horas antes de la salida del vuelo, programada para las 15.15 horas (una hora más en la España peninsular y Baleares).

Después de esperar en la sala VIP del aeródromo, personal de AENA trasladó a María Paz Montserrat al avión con el protocolo habitual para embarcar a las personas con discapacidad, y ella y su hermana volaron rumbo a Madrid.