En el informe "2010 FIFA World Cup: A Turning Point for South Africa" se apunta que este hecho es "especialmente significativo" en países emergentes, que pueden llegar a experimentar un avance económico y social de aproximadamente 15 años.

Los responsables del informe recuerdan que la celebración del Campeonato del Mundo de Fútbol en el país sudafricano está teniendo lugar en un año "marcado por la recesión económica mundial".

Este hecho, unido a la lejana ubicación geográfica del país, "ha reducido considerablemente el flujo de turistas desplazados para animar a sus selecciones".

Sin embargo, el Mundial de Fútbol traerá "una serie de mejoras esenciales en las infraestructuras sudafricanas". Así, junto al crecimiento del sector hotelero, la red de transporte público, deficiente antes de la celebración del evento, ha experimentado una "gran evolución", con la implantación de un tren de alta velocidad, una red de autobuses y la finalización de obras de mejora en los aeropuertos.

Por último, desde Deloitte indicaron que en una economía creciente en plena recesión, la colaboración entre todos los poderes públicos, el renovado sentimiento de orgullo nacional y un alto perfil como destino turístico "serán factores clave para que, una vez terminado el Mundial, Sudáfrica se convierta en un jugador principal en el escenario internacional".