Así consta en el discurso pronunciado por el gobernador ante el Consejo de Gobierno del Banco de España con motivo de la presentación del Informe Anual 2009 del organismo, publicado este miércoles.

Fernández Ordóñez subraya que las entidades de depósito españolas, o bien tenían un capital suficiente, o lo han captado en los mercados, o lo han obtenido del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).

El Banco de España, explica el gobernador, ha realizado unas pruebas de estrés para verificar que todas las entidades bancarias "tienen ya previsto disponer de suficiente capital no sólo para transitar los escenarios que hoy parecen más razonables, sino para soportar escenarios de crecimiento complicados en el futuro próximo".

Por ello, en lo que resta de este mes el Banco de España "hará lo necesario para formalizar los procesos ya acordados y velar por su adecuada implantación", agregó.

En este sentido, el máximo responsable del Banco de España subrayó que "si, al cierre del mes de junio, algún proyecto hubiese fracasado o alguna entidad hubiera quedado rezagada, se actuará utilizando los mecanismos previstos en la Ley del Frob".

PRUEBAS DE ESTRÉS

El organismo propone -explica Fernández Ordóñez- hacer público el resultado de estas pruebas de estrés, mostrando los deterioros estimados, las necesidades de capital consiguientes y el aporte de recursos propios comprometidos, para que los mercados "conozcan perfectamente la situación del sistema bancario español".

Así, el gobernador asegura que "antes del verano habrá culminado la reestructuración del sistema bancario". En todo caso, este proceso "deberá completarse" con una modificación legal que permita a las cajas acudir al mercado para obtener recursos propios de alta calidad, tal y como van a exigir las nuevas normas de Basilea.

COYUNTURA DIFÍCIL

Fernández Ordóñez quiso dejar claro que la posición desde la que el sistema bancario español está abordando este proceso de reestructuración "es, en su conjunto, sólida", si bien alertó de que "la coyuntura actual es difícil".

En concreto, hace referencia a las necesidades de dotaciones a insolvencias, que "seguirán impactando en las cuentas de resultados, ante la persistencia de la morosidad en una coyuntura económica todavía débil".

El gobernador cita los tres principales desequilibrios del sistema financiero español: exceso de dependencia de la financiación de los mercados mayoristas, su todavía elevado grado de exposición a las empresas de construcción y promoción inmobiliaria, y el exceso de capacidad instalada en el sector bancario.