Guerra contrapone la "coherencia" socialista con las "componendas y clientelismo" de las "viejas clases dominantes"
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El ex vicepresidente del Gobierno socialista y presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, reivindicó hoy la "coherencia" de los socialistas y la contrapuso a las "componendas y clientelismo" de quienes representan a las "viejas clases dominantes".
En su intervención en el homenaje a los 100 años de historia del Grupo Parlamentario Socialista, Guerra aseguró que buena parte de la historia de los primeros socialistas es trasladable a la actualidad.
Acto seguido, defendió el "testimonio de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace" del socialismo y que forma parte del "acervo socialista", "en contraposición a la política de componendas y clientelismo, elementos esenciales del férreo control político que se ejercía en la España de la Restauración por parte de las viejas clases dominantes que se resistían a cualquier atisbo de participación política de las masas".
Frente a esa resistencia conservadora, el fundador del PSOE y primer parlamentario de su historia, Pablo Iglesias, "luchó desde los frentes político y sindical", según el relato de Alfonso Guerra.
"¿Se encuentra caduco este testimonio de coherencia entre la palabra y la obra?", se preguntó el veterano dirigente socialista. "No lo creo. Muy al contrario, estoy persuadido de que cobra vigencia en un momento en el que buena parte de los problemas de legitimación" de la política se derivan de "la creciente distancia entre el discurso político y la acción política".
Pacifista, pero "radical y rebelde" frente a las injusticias, protagonizó sus primeras luchas desde el frente sindical, por su "muy temprano contacto con el mundo laboral en unas condiciones de dureza y explotación extremas", agregó.
Esa realidad, llevó a Iglesias a la "conclusión de que la organización política y la organización sindical de la clase obrera representaba un requisito imprescindible para afrontar una dura batalla para afirmar, ampliar y defender los derechos de los trabajadores".
Ya hace cien años, dijo Guerra, la pugna de liberales y conservadores en Europa era distinta a la batalla que se libraba en España.
En el viejo continente, continuó, se "enfrentaba la concepción paternalista de los conservadores con los intentos de reducción drástica del papel del Estado de los partidos liberales"
En cambio, "en España, el carácter reaccionario y egoísta de los conservadores, incapaces de proponer ni tímidas medidas de protección social, hará erigirse enfrente un liberalismo con preocupacion social, intervencionista, seguidor de las tesis de la Institución Libre de Enseñanza y tan alejado del liberalismo economicista del que se proclaman hoy los conservadores en nuestro país".
En suma, dijo, el socialismo tiene como principios fuandamentales la libertad y la igualdad, que no debe ser sólo de oportunidades sino corrector de las condiciones mínimas de salud, educación y derechos que deben alcanzar a todos los ciudadanos.
(SERVIMEDIA)
10 Jun 2010
SGR/caa