Un docente español de Primaria dedica un 62% de su jornada laboral a horas lectivas, uno de Secundaria inferior un 50% y en el caso de los profesores de Secundaria superior un 49%. Estos estándares están, a juicio del sindicato, por encima de la media de la OCDE y hacen que los docentes tengan “menos disponibilidad horaria” para, por ejemplo, preparar las clases.

UGT criticó un “empeoramiento” de sus condiciones laborales y el incremento de “riesgos psicosociales” como el estrés o el síndrome del quemado. De hecho, alertó de un incremento de las “enfermedades profesionales” entre los docentes.

Es por ello que el sindicato insistió en una reducción de la carga lectiva con un máximo 18 horas en Secundaria y 20 en Primaria, así como que el total de la jornada laboral se limite a 35 horas con una distribución horaria semanal “acorde con las necesidades del alumnado y del centro”.