Los datos de la oficina comunitaria de estadísticas indican que un 41% de la población de la UE vivía en 2016 en ciudades, mientras que un 31% residía en pueblos y barrios residenciales y un 28% en zonas rurales.

Malta encabeza la lista de países con mayor relación de urbanitas (90%), seguida del Reino Unido (59%), Países Bajos (55%), España (51%) y Chipre (50%). Por el contrario, menos de uno de cada cuatro personas vivían en ciudades en Luxemburgo (13%), Eslovenia (20%) y Eslovaquia (23%).

Por otro lado, un tercio de los ciudadanos de la UE han cursado estudios universitarios (34,7%), lo que supone más que los de los pueblos y los suburbios (24,3%), y al de las áreas rurales (19,5%). En el caso de España, los porcentajes son un 39,0%; un 30,5%, y un 23,2%, respectivamente.

Eurostat indica que la vida en la ciudad ofrece mayores oportunidades para la educación superior y el empleo, pero también tiene desventajas, como los mauyores costes de la vivienda.

Así, un 13,3% de los urbanitas de la UE vive en hogares donde más del 40% de los ingresos van dirigidos a la vivienda, por un 10,6% de los que habitan en pueblos y barrios periféricos, y un 9,1% de los de las zonas rurales.

La tasa de sobrecarga de gastos de vivienda por vivir en una ciudad es más alta en Grecia (un 44,6% de los urbanitas gastan más del 40% al hogar), Dinamarca (22,9%), Alemania (19,6%), Bulgaria (18,8%) y Bélgica (15,7%). En el caso de España, el porcentaje es del 12,1%.

En todos los países de la UE es más caro tener más gastos por vivienda en una zona urbana que vivir en el campo, salvo en Bulgaria, Rumanía, Croacia, Hungría y Lituania.