La primera víctima conocida por un tsunami murió hace 6.000 años

- En la actual Papúa Nueva Guinea

MADRID
SERVIMEDIA

El primer registro de una persona muerta en un tsunami es de alguien que vivió hace cerca de 6.000 años en lo que hoy es Papúa Nueva Guinea (suroeste del Pacífico), según un estudio realizado por varios investigadores en un cráneo encontrado en 1929 sobre sedimentos geológicos que tienen los distintivos de un antiguo episodio de olas gigantes.

El estudio, publicado en la revista ‘PLOS ONE’ y llevado a cabo por investigadores de las universidades de Nueva Gales del Sur y de Auckland (Australia), y de Borgoña-Franco Condado (Francia), la Universidad de Notre Dame y el Museo Field de Historia Natural (Estados Unidos), el Instituto Nacional de Agua e Investigación Atmosférica de Nueva Zelanda, la Universidad de Papúa Nueva Guinea y el Museo Nacional y Galería de Arte de Papúa Nueva Guinea.

El cráneo fue hallado en 1929 por el geólogo australiano Paul Hossfeld, que lo encontró enterrado a unos 12 kilómetros de la costa norte de Papúa Nueva Guinea y cerca de la pequeña ciudad de Aitape. John Terrell, del Museo Field de Historia Natural y uno de los autores del estudio, ha estado realizando investigaciones arqueológicas y antropológicas desde 1990 en esa región costera de Nueva Guinea, la segunda isla más grande del mundo.

"Si tenemos razón acerca de cómo esta persona había muerto hace miles de años, tenemos una prueba dramática de que vivir junto al mar no siempre es una vida de bellos atardeceres dorados y excelentes condiciones para surfear", señala Terrell, quien añade que "tal vez este individuo nos puede ayudar como científicos a convencer a los escépticos de hoy de que todos nosotros en la Tierra debemos tomar en serio el cambio climático y el aumento del nivel del mar como las amenazas que realmente son". "Concluimos que esta persona que murió hace tanto tiempo es probablemente la víctima de tsunami más antigua conocida en el mundo", apostilla.

“MÁS CONVENCIDOS QUE ANTES”

Mark Golitko, de la Universidad de Notre Dame, indica que “originalmente se pensó que el cráneo pertenecía a un ‘Homo erectus’ hasta que fue datado de forma más fiable a entre 5.000 y 6.000 años”. “En aquel entonces, los niveles del mar eran más altos y el área estaría justo detrás de la costa”, añade.

En 2014, Golitko y otros colegas volvieron al lugar exacto donde se había encontrado ese cráneo para buscar nuevas pistas sobre lo que mató a ese individuo. "Hossfeld realmente no había probado nada, sólo hizo una descripción del campo y sacó el cráneo y eso fue todo", recalca este investigador.

"No sabemos exactamente dónde encontró Hossfeld el cráneo, pero creo que estábamos a 100 metros de la ubicación original según su descripción. Pudimos utilizar técnicas científicas modernas para entender un poco más sobre cómo se formó este lugar y qué en realidad estábamos mirando ", apostilla.

El equipo hizo pruebas de laboratorio en el sedimento para observar el tamaño del grano y su geoquímica. Encontraron diatomeas, pequeños organismos unicelulares que viven en el agua y son indicadores ambientales sensibles, y los usaron para aprender más sobre las condiciones del agua en ese momento.

"Ahora hemos podido confirmar lo que sospechábamos desde hace tiempo. Las similitudes geológicas entre los sedimentos en el lugar donde se encontró el cráneo y los sedimentos depositados durante el tsunami de 1998 que golpeó esta misma costa nos han hecho comprender que las poblaciones humanas en este área se han visto afectadas por estas inundaciones masivas durante miles de años”, apunta James Goff, de la Universidad de Nueva Gales del Sur y primer autor del estudio.

Goff subraya que, debido a las nuevas pruebas recogidas, los científicos están “más convencidos que antes” de que ese individuo murió violentamente por un tsunami o que su tumba fue desgarrada por uno de estos fenómenos, lo que hizo que su cabeza (pero no el resto de su cuerpo) volviera a ser enterrada naturalmente durante alrededor de 6.000 años.

(SERVIMEDIA)
26 Oct 2017
MGR/gja