Patinaje sobre hielo, equitación (terapia asistida por caballos), judo, golf o pádel son algunos de los deportes donde las personas con diferentes tipos de discapacidad que han participado han aprendido a conocer sus límites, así como la manera de superarlos.

Más allá de los beneficios terapéuticos y físicos, para los responsables de estas actividades la meta es eliminar las barreras que impiden que una persona con discapacidad pueda disfrutar de aquellos deportes que le gusta practicar.

También se han desarrollado terapias asistidas por caballos (hipoterapia), basadas en la transmisión del movimiento del equino hacia el participante, en este caso con algún problema grave de movilidad, para que pueda experimentar movimientos rítmicos y simétricos iguales a los que presentaría al caminar.

La reacción de esta particular forma de equitación es sensorial, muscular y articular, mejorando de esta manera la posición de la espalda, adquiriendo seguridad, equilibrio y coordinación en los movimientos y la marcha y estimulando músculos y articulaciones.

Según los responsables de todas estas actividades, “el convenio firmado por el Real Patronato sobre Discapacidad y Fundación Deporte & Desafío ha servido para consolidar un proyecto de integración social de las personas con discapacidad a través de la actividad deportiva".