Cataluña. Rajoy: “Es hora de poner fin a este desagarro”
- Alerta de que “no hay mediación posible entre la ley democrática y la desobediencia”
- Justifica el requerimiento por el “ataque desleal y muy peligroso contra nuestra Constitución” de Puigdemont
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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó este miércoles que ha llegado la hora de “poner fin” al “desgarro” que está viviendo Cataluña y actuar “con serenidad y con prudencia” una vez la realidad “ha desmontado de un plumazo todas las falsedades sobre las que se había cimentado el mito de una independencia de cuento de hadas”.
Así lo expresó en su comparecencia a petición propia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, después de haber iniciado esta mañana el procedimiento legal previsto en el artículo 155 de la Constitución española al requerir al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que cumpla con las obligaciones que le impone la ley y confirme “si ha declarado la independencia de Cataluña”.
“España no se va a romper mientras no lo decidan así sus ciudadanos”, sentenció Rajoy, al tiempo que alertó de que “no es posible aceptar, bajo la apariencia de un diálogo equívoco, la imposición unilateral de puntos de vistan que se saben imposibles de aceptar por una de las partes”.
Por ello, adujo que “no hay mediación posible entre la ley democrática y la desobediencia o la ilegalidad”. La independencia, advirtió el presidente, “no es pacífica, no es gratuita, no será reconocida por Europa y ahora todo el mundo sabe que tiene costes y muy elevados”.
"MITO DE LA INDEPENDENCIA DE CUENTO DE HADAS"
Remarcó que “la implacable realidad ha desmontado de un plumazo todas las falsedades sobre las que se había cimentado el mito de una independencia de cuento de hadas” y expresó su reconocimiento a los miles de españoles que han salido a las calles de Cataluña para proclamar su patriotismo “sin estridencias” y “sin exclusiones”.
El presidente del Gobierno aseguró que por todos estos ciudadanos que dan forma a la “España integradora, amable y serena” es “hora de poner fin a este desgarro” y hacerlo “con serenidad, con prudencia y con el objetivo último de recuperar la convivencia”.
Rajoy subrayó que desea “fervientemente” que Puigdemont “acierte” en la respuesta al requerimiento que le ha hecho hoy por la vía del artículo 155, una decisión que justificó por el “ataque desleal y muy peligroso” perpetrado ayer contra la Constitución, la unidad de España, el propio Estatuto de Cataluña y contra la convivencia.
Para Rajoy, lo ocurrido el pasado 1 de octubre “no fue una acción ni inocente ni espontánea ni democrática”, sino que constituyó “el último episodio” de una estrategia política destinada a “imponer al conjunto de la sociedad catalana, y a todos los españoles, una independencia que muy pocos quieren y a nadie conviene”.
Constató que la realidad demuestra que “ni son ciertas” las razones que esgrimen los independentistas “ni son tantos sus apoyos” y denunció que para “imponer” su proyecto necesiten “azuzar” a unos catalanes contra otros, “acosar” al discrepante e “imponer una uniformidad”.
EUROPA NO SE TOMA "EN SERIO" EL 1-O
Ante este “golpe” al modelo de convivencia, valoró que la respuesta del Estado ha sido “ajustada a derecho, proporcionada e integral” y la misma que habría dado “cualquier país democrático” para “proteger los derechos de todos”. “No existe un solo país en el mundo que se haya tomado mínimamente en serio lo que vivimos el 1-O”, apostilló.
Prometió seguir cumpliendo con su “obligación” de defender la unidad del país y la soberanía nacional, pues se trata de “un bien común que no puede parcelarse, ni amputarse, ni malvenderse, ni ser sujeto de cambalaches, trucos de magia, desprecio o carambolas”.
En este sentido, reseñó que “importa mucho la unidad de los demócratas” y se comprometió a seguir perseverando para mantenerla y, si es posible, “ampliarla”. “He reclamado un apoyo responsable y generoso porque están siendo amenazados valores que a todos nos importan”, justificó.
También se dirigió a los “numerosos mediadores” que durante estos días se han ofrecido a “colaborar” para buscar una salida a esta situación y advirtió de que “no hay mediación posible” entre la democracia y la ilegalidad y alertó, igualmente, de que no es posible establecer un diálogo para acordar sobre lo que está expresamente prohibido en el artículo II de la Constitución.
“Se puede hablar de todo lo que la Constitución y las leyes permiten hablar y con todos los que estén dispuestos a hablar. Incluso se puede plantear la propia reforma de la Constitución”, espetó, alegando que ésta no es una “ley perpetua ni tiene pretensión de serlo”. “Pero solo a través de las reglas y de los procedimientos previstos para ello”, remachó.
(SERVIMEDIA)
11 Oct 2017
MFN/gja