Un periodista de Servimedia comprobó en el propio colegio cómo tres personas llegaban a las ocho menos diez de la mañana, poco antes de la hora prevista para la constitución de las mesas de votación, con las urnas escondidas y envueltas en plástico de color negro, para que no se viera lo que llevaban en el interior.

A las puertas del colegio había unas 500 personas esperando para poder votar cuando el colegio abra oficialmente a las nueve de la mañana. Al darse cuenta de que llegaban las urnas, empezaron a dar muestras de alegría y a gritar "¡Votarem, votarem!".

Previamente, a las siete y media de la mañana salieron del colegio una decena de personas que habían pasado la noche dentro para evitar que los Mossos pudieran cerrarlo. Fueron despedidos con aplausos por quienes esperaban fuera para poder votar.

Dos agentes de los Mossos se personaron en este colegio del Raval, aparcaron su vehículo a varios metros de distancia y llegaron andando a las puertas pero no entraron.