Nuria, María, Celia y Ángel son cuatro universitarios entre los 20 y los 30 años procedentes de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Cantabria a quienes el seísmo sorprendió durante su estancia en Guadalajara (Jalisco, México), donde completan sus estudios. Aunque su ciudad apenas ha sido afectada por el terremoto, los cuatro están canalizando ayuda procedente de España a los territorios más asolados.

Lo hacen a través de asociaciones locales con un proyecto al que han denominado ‘Directo a México’ y cuya filosofía es evitar intermediarios que puedan retrasar e incluso confiscar las medicinas, alimentos y demás material humanitario que precisan los damnificados por los temblores.

El primero fue el 7 de septiembre, con una magnitud de 8,2 en la escala Ritcher y con epicentro en el golfo de Tehuantepec, cerca de la costa de Chiapas. El segundo sacudió el país 12 días después con epicentro a 12 kilómetros de Axochiapan y 7,1 grados, según el Servicio Sismológico Nacional.

“El primer terremoto no lo sentimos, aunque la segunda sacudida hizo que evacuaran nuestra universidad”, explicó en declaraciones a Servimedia Celia González, de 20 años, una de las estudiantes que coordina la ayuda. Desde el blog ‘www.directoamexico.wixsite.com/directoamexico’ informan de los alimentos y productos que demandan los cooperantes y, mediante aportaciones por cuenta bancaria, estos jóvenes españoles compran lo imprescindible y lo hacen llegar a las zonas afectadas.

“CAOS” EN CENTROS DE ACOPIO

Para dejar constancia de que todo lo que consiguen recaudar se destina a estos fines, publican los tickets y fotos de la compra en la misma web. Al principio comenzaron ayudando en los centros de acopio –carpas instaladas por organizaciones o el Gobierno para recoger alimentos y productos-, pero vieron que allí reinaba un “caos” y que “las cosas no están llegando donde tienen que llegar” dada la inseguridad del país.

“No se puede garantizar al cien por cien que la ayuda vaya a llegar porque hay carreteras cortadas”, a lo que se suma la presencia de algunos grupos “que roban y revenden la ayuda”, destacaron los universitarios. Por tanto, han optado por trabajar con asociaciones locales para garantizar que su contribución viaja segura y exenta de aranceles forzosos o robos.

Además, a través de sus propios compañeros de clase están contactando con otros jóvenes de las zonas afectadas por los seísmos. De hecho, ya han dado con un amigo que ha logrado que una empresa ceda un camión, que será fletado con material humanitario de iniciativas ciudadanas como la suya para los territorios del sur más dañados.

La llamada a la cooperación de estos estudiantes españoles ha llegado a otros universitarios a través de mensajes de Whatsapp, que han difundido los propios alumnos y que, gracias a jóvenes del programa Erasmus, se está difundiendo incluso en la Universidad de Grenoble (Francia).

Por el momento, estos universitarios –que sólo llevan en México entre un mes y medio y dos meses- están tratando de ampliar la colaboración española, que hasta ahora les ha ido llegando a través de familiares y amigos. Sin embargo, con el tiempo se ha ido difundiendo su labor y más jóvenes se están sumando a la ayuda y dando visibilidad al proyecto.