En una entrevista en Cope recogida por Servimedia, insistió en que cree y espera que esa consulta no se celebre porque el Gobierno ha aprendido de lo que pasó al permitir el “esperpento” del 9-N.

Rivera expresó su respaldo al Gobierno para que haga cumplir las leyes, y a pesar de “ciertas dudas porque ya pasó” con el 9-N, cree que ahora no habrá dudas en “utilizar los mecanismos que tenemos, sin complejos”, ante lo que es un “golpe a la democracia”.

Se refirió a “medidas cautelares” para alertar a los funcionarios de las consecuencias de cometer una ilegalidad y al mismo tiempo “amparar” a los que están “entre la espada y la pared” por su condición de funcionarios del Estado pero presionados por la Generalitat de Cataluña.

Aseguró que existen “muchas opiniones jurídicas” sobre el alcance y el procedimiento para aplicar el artículo 155 de la Constitución, e incluso hay discrepancias sobre si “hay tiempo o no” para aplicarlo antes del 1 de octubre.

Sin embargo, precisó que tanto el Gobierno como la Fiscalía, el Tribunal Constitucional y todas las instituciones del Estado de Derecho tienen “un abanico” de medidas que se pueden aplicar, incluida por ejemplo la Ley de Seguridad Nacional para garantizar la seguridad en Cataluña.

Se mostró convencido de que existen “instrumentos suficientes” y “mecanismos de sobra para impedir una sedición” y sólo hace falta “determinación” por parte del Gobierno para aplicarlos y “unidad y consenso” entre las fuerzas políticas, que por parte de Ciudadanos está garantizada.

Rivera expresó su preocupación por el hecho de que Podemos se comporte en Cataluña como un “aliado imprescindible del separatismo” cuyos máximos exponentes son Pablo Iglesias y Ada Colau, dispuestos incluso a “tirar un flotador” a los independentistas cuando les faltan apoyos.

EL PSOE Y LA "EQUIDISTANCIA"

En cuanto al PSOE, aunque son la quinta fuerza en Cataluña, alertó de que el independentismo los necesita para movilizar a sus seguidores de cara a la consulta y también para intentar abrir una “grieta” entre los constitucionalistas en el Congreso de los Diputados. En ese sentido, alertó, el mayor riesgo es que el PSOE siga esa estela “y pueda jugar a la equidistancia”.

La prueba de que Colau es “el máximo estandarte” del independentismo en Barcelona es, a su juicio, el hecho de que haya que “sortear” sus decisiones y “hacer virguerías” para poder instalar una pantalla en la ciudad en la que ver el partido clasificatorio de la selección española de fútbol contra Italia.

Denunció que los “impedimentos” del Ayuntamiento hayan obligado a quienes quieren ver a la selección a instalar una pantalla en un centro comercial privado “como si estuvieras haciendo algo clandestino”.