A través de un comunicado, Forsyth explicó en que “muchos niños han sido reclutados por las fuerzas armadas, drogados y atrapados en la violencia”, e hizo hincapié en que “nada puede justificar los terribles abusos contra mujeres y niños en Kasai”.

“La situación de los niños empeora y las familias desplazadas por el conflicto no pueden acceder a los servicios más básicos”, afirmó el representante de Unicef, quien detalló que “más de 200 centros de salud han sido destruidos y uno de cada cuatro centros sanitarios no funciona con normalidad.

En este sentido, añadió que “se estima que cerca de 400.000 niños están en riesgo de sufrir desnutrición aguda grave” y denunció que “los niños han perdido un año de educación, ya que cientos de escuelas han sido objetivo de ataques y saqueos” y “los maestros han sido asesinados o se han visto forzados a huir por razones de seguridad”.

Por ello, remarcó que “todas las partes en conflicto deben proteger a los niños, poner fin a estas graves violaciones contra la infancia y preservar las escuelas y los servicios de salud”, y pidió que los actores humanitarios tengan acceso ilimitado a las poblaciones afectadas para que “podamos llegar a todos aquellos que lo necesitan”.