La cumbre tiene como objetivo allanar el camino para la firma de un acuerdo en la Conferencia General de la UNESCO del próximo octubre, que permita poner en marcha normas de rango internacional en favor de la diversidad cultural y de la erradicación de conductas hegemónicas en este ámbito.

"Sería la primera vez en la historia que se consiguiera un acuerdo jurídico internacional para reconocer la cultura como una parte muy importante del desarrollo humano y del respeto a las culturas en pie de igualdad", afirmó la ministra española Carmen Calvo, antes de leer una declaración en la sesión inaugural celebrada en el Museo del Prado.

Según Calvo, el deseo de los países asistentes (representados con 40 ministros y 32 altos cargos y asesores) es lograr un planeta en el que todas las culturas sean iguales y en el que "nadie se puede convertir en eje de referencia hegemónica".

La ministra minimizó la ausencia de Estados Unidos de este encuentro, motivada precisamente por ese propósito de los convocantes de acabar con los dominios culturales por parte de algunas naciones.

Calvo dijo que está segura de que todos los países harán un esfuerzo para lograr un acuerdo lo más amplio posible, del que forme parte Estados Unidos, con vistas a la reunión de octubre.