Según informa la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la operación comenzó cuando se tuvo conocimiento de la existencia de un grupo de individuos que clonaba títulos de transporte anuales y válidos para viajar en Metro y Renfe.

Según las primeras pesquisas realizadas, los billetes aparecieron a mediados de mayo de 2008 y tras una serie de medidas de seguridad adoptadas por las empresas afectadas, su uso se redujo en un alto porcentaje.

Sin embargo, los agentes, tras percatarse de la reaparición en 2010 del empleo de este tipo de billetes, establecieron en marzo un dispositivo en colaboración con el Departamento de Seguridad de Metro de Madrid en 100 de las 294 estaciones. El fin del operativo era la detección de dichos títulos de viaje y de los que se lucraban con su uso.

Apenas un mes después, el dispositivo dio como resultado la detención de dos personas que habían accedido al Metro utilizando billetes híbridos. Ante la posibilidad de que quien manipulaba los billetes debía poseer conocimientos técnicos y unos soportes físicos aptos para la clonación, la investigación se dirigió hacia el personal de las propias empresas contratadas por Metro y Renfe.

Todas las gestiones efectuadas por los agentes culminaron con la detención de un técnico electrónico cuya especialidad era este tipo de soportes. Posteriormente fueron arrestados otros dos especialistas, el jefe del grupo y el encargado, todos ellos trabajadores de una empresa subcontratada para el mantenimiento de los tornos de Metro y Renfe.

Además, en la taquilla de trabajo de uno de los detenidos, los policías intervinieron un terminal de códigos alfanuméricos apto para la clonación de estos títulos de viaje y 2.900 euros en efectivo. Según las diligencias instruidas, los ahora detenidos empezaron a "colocar" los billetes clonados entre personas de su entorno más cercano para no levantar sospechas.