El responsable de la Oficina Antifraude catalana se expresó de esta manera en la Comisión para la Auditoría de la Calidad Democrática, la lucha contra la Corrupción y las Reformas Institucionales y Legales en el Congreso de los Diputados.

Gimeno marcó las líneas básicas de actuación de su oficina y explicó cómo perciben la corrupción. En este punto, lanzó una advertencia: “Las dinámicas clientelares forman parte de la estructura misma de los partidos y eso debe romperse de alguna manera”, manifestó, para seguidamente decir que “es preciso extender la idea de transparencia”.

También explicó que es necesario que sea “más controlable” la autorregulación de asignación de los recursos públicos a gastos ordinarios, y lamentó que exista “una falta de fiscalización global”.

Gimeno señaló como otro de los puntos que pueden derivar en corrupción la falta de identificación de las entidades vinculadas a los partidos y el hecho de que no exista un registro público de asociaciones a nivel estatal.

Por último, destacó lo que denominan “transparencia técnica” y puso como ejemplo que cuando exista una donación de una entidad a una formación política, en tanto que “esto supone una situación de que haya riesgo de corrupción”, debería haber una revisión de los contratos públicos.