Rodríguez Zapatero intervino como anfitrión en la inauguración de la Cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe, y abogó por afrontar los desafíos comunes a ambos lados del Atlántico como “socios globales”. La respuesta a esos retos, aseguró, está en “la unión de esfuerzos”.

Cuando se suman esfuerzos se multiplican resultados, aseguró el presidente, que puso como ejemplo la respuesta solidaria a los terremotos que asolaron Haití y Chile, países con los que reiteró el compromiso de España y de Europa.

El crecimiento económico y con ello el refuerzo de las políticas sociales, añadió, se garantiza con apertura, no con fronteras, y ese argumento le sirvió para defender “la concertación política” en la defensa de la democracia, la seguridad jurídica o los derechos humanos.

Se mostró convencido, en ese sentido, de que esta cumbre arrojará resultados en esa apertura y podrá “empezar la recta final, que no será fácil”, para cerrar el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, que sería “un cambio histórico” para ambos continentes.

Avanzar en ese acuerdo es uno de los grandes retos de la Presidencia española de la Unión Europea, pero cuenta con profundas reticencias a ambos lados del Atlántico, sobre todo por parte de los países con fuertes sectores agrícolas.

América Latina, dijo Rodríguez Zapatero, es un continente joven, “de futuro”, que está creciendo y que debe centrar esfuerzos en la reducción de desigualdades, y Europa debe ser “una unión más perfecta” para fortalecer sus vínculos y ganar “más credibilidad” en el mundo.

Sobre esa premisa, ofreció todo el apoyo de España, como país tan vinculado a unos como a otros, para que la Unión Europea, América Latina y el Caribe avancen en sus relaciones.